lunes, 19 de marzo de 2007

Medidas de Ahorro enérgetico

- Montar en bicicleta. No todas las ciudades son igual de aptas para moverse sobre dos ruedas mecánicas. Pero algunas sí lo son, o pueden serlo si así lo exigimos a los gobiernos locales. Andar en bicicleta, o simplemente caminar, es la forma de desplazarse más saludable, económica y limpia. Según la asociación Mejor con Bici, cambiar el coche por una bicicleta evita emitir un kilo de CO2 por cada cinco kilómetros recorridos. Teniendo en cuenta que cada español emite más de 10 toneladas de CO2 al año, si cada uno dejara su coche y pedaleara al menos unos kilómetros en bicicleta, el ahorro de emisiones sería considerable. En Barcelona se está popularizando el 'trixi' o triciclo-taxi, que funcionan a base de mucho pedaleo y un pequeño motor eléctrico. Cuesta 6 euros cada 15 minutos.

- Separar los residuos. Aunque sencillo, es un hábito que aún se resiste en los hogares españoles. Separar los desechos según los distintos materiales (plásticos, cartón, vidrio, aluminio, materia orgánica) ayuda a que se pueda reutilizar los componentes y evitar así más consumo de energía en la fabricación de nuevos productos -y de petróleo en el caso del plástico-. Además, una buena basura orgánica podrá ser compostada para generar un gas más limpio como resultado de la fermentación. Si se consigue reciclar la mitad de la basura que se genera en cada hogar, se podrán ahorrar 730 kilos de CO2 al año.

- Usar biocombustibles. Si no tiene un coche híbrido pero sí un automóvil moderno, los biocombustibles son, hoy por hoy, la mejor alternativa a los carburantes comunes, pese a los problemas que plantea en EE.UU. Existen varias mezclas de gasolina o diésel con el 5% y el 10% de derivados vegetales. Esto hace que al menos ese 5% ó 10% de las emisiones de CO2 sea inocuo ya que no es combustible fósil, sino que ha sido absorbido de la atmósfera actual, por lo que su reemisión no supone carbono añadido. En España, cada vez más estaciones de servicio ofrecen biocarburantes. Puede buscar su 'biogasolinera' más cercana en
www.energias-renovables.com/paginas/Combustible.asp

- Comprar con cuidado. A veces, comprar productos aparentemente iguales puede suponer realidades muy distintas. Comprar dos mesas de teca puede ser lo mismo o muy distinto, si una de ellas lleva la certificación FSC (Forest Stewardship Council). Este sello garantiza la explotación sostenible de los bosques, que absorben una tonelada de CO2 por metro cúbico de madera. Lo mismo ocurre con otros productos: decidirse por un paquete u otro de verduras no es ninguna tontería: uno puede venir de un país lejano y otro puede ser de nuestra localidad. O uno puede ser convencional y otro puede ser ecológico. Comprar local ayuda a evitar que se emitan grandes cantidades de CO2 en el transporte. Las verduras y frutas ecológicas, aunque más caras que las convencionales, contribuyen a evitar la erosión del suelo, que impide que haya cobertura vegetal, importante para absorber una parte del CO2 que emitimos.

- Gestos sencillos. Otra forma de ahorrar puede ser tan fácil como apagar completamente los aparatos electrónicos y desenchufar los cables. Las luces piloto de televisores u ordenadores o los cables del cargador de móvil, aun cuando no se utilizan los aparatos, consumen una energía y un dinero que se puede evitar con un simple gesto. Se ahorrará un gasto inútil.

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