martes, 15 de mayo de 2007

Alcaldes de todo el mundo se unen para frenar el cambio climático en Nueva York

Alcaldes de las ciudades más pobladas del mundo, como Nueva York, México DF, Bogotá o Tokio, se reúnen desde el lunes en una cumbre para analizar cómo frenar el cambio climático y las emisiones que provocan el "efecto invernadero".

En total, los asistentes a la Cumbre Mundial de Grandes Ciudades C40 representan a un medio centenar de municipios que ocupan sólo el uno por ciento del territorio mundial, pero que son responsables del 80 por ciento de las emisiones que generan el "efecto invernadero".


Conscientes, por tanto, de que sus ciudades tienen mucho que decir en la lucha contra el cambio climático, los alcaldes han decidido repetir la cumbre que mantuvieron en Londres hace dos años, y reunirse ahora en Nueva York para intercambiar experiencias.


Uno de los protagonistas será precisamente el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien se ha propuesto convertir a la "Gran Manzana en la ciudad más "verde" de los Estados Unidos.


Mañana el alcalde expondrá a sus homólogos su polémico plan para hacer pagar a los conductores por conducir en Manhattan.


En la cumbre, que se extenderá hasta el 17 de mayo, también se conocerán otras experiencias, como el sistema creado en Barcelona (España) para suministrar agua caliente en algunos edificios mediante energía solar, o el creado por Fortaleza (Brasil) para evitar fugas en los conductos de agua, y que ya ha aportado ahorros de 2,5 millones de dólares al año.


También se presentará "Transmilenio", un novedoso sistema de transporte de autobús creado en Bogotá (Colombia) que ha elevado el nivel de productividad hasta los 1.600 pasajeros por autobús/día y ha reducido las emisiones contaminantes en un 40 por ciento.


En general, los alcaldes quieren saber qué proyectos se están poniendo en marcha en otras partes del mundo en materia de consumo eléctrico, uso de combustibles, calefacción y tratamiento de los residuos.


Con sus experiencias, los alcaldes están determinados a combatir las emisiones de gases y, además, a obtener un beneficio económico con ello, ya que se calcula que el cambio climático, si no se frena, puede causar daños de siete billones de dólares.


Para ello, han decidido contar en esta ocasión con la colaboración de líderes, como el ex presidente Bill Clinton, y de dirigentes de grandes empresas, como el presidente de Siemens, Klaus Kleinfeld; de Alcoa, Alain Belda; de Citigroup, Charles Prince; y de Time Warner, Richard Parsons.


Durante las jornadas, está previsto que Clinton, como impulsor de la Iniciativa Clinton para el Clima, anuncie el lanzamiento de unos programas que permitirán a las ciudades avanzar en su objetivos de reducir las emisiones contaminantes,


Con sus proyectos, los alcaldes quieren no sólo frenar el efecto invernadero, sino prevenir los posibles daños que se puedan cometer en el futuro, por la escasez de agua, que afectará a dos de cada tres habitantes en el mundo en el año 2025.


Igualmente, se cree que cada vez serán más frecuentes las situaciones de temperaturas extremas, lo que hizo por ejemplo que en el 2005 el número de huracanes que se produjeron en la cuenca de Atlántico batiera un récord.


Además, se estima que un incremento en la temperatura media de dos o tres grados centígrados puede aumentar la incidencia de la malaria en un tres o cinco por ciento.


A ello se unen otros efectos, como el deshielo de Groenlandia y del Antártico, que podría elevar el nivel del mar en 88 centímetros para el 2100.


Ello coloca en peligro a millones de personas en las islas del Pacífico, en Nueva Zelanda, o en Bangladesh, donde unos 17 millones de habitantes viven en una elevación de 1,5 metro sobre el nivel del mar.

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