domingo, 20 de mayo de 2007

Historias de la extraña tierra de nadie

Josep Ramoneda relata la vida de cuatro inmigrantes que intentan desde el Magreb saltar a una vida mejor. Y da su opinión

1 HISTORIA DE A.-"He venido a trabajar y no puedo volver atrás. Hace un año que mi hijo no come de su padre", dice. A. lleva más de tres meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Cuenta A. que saltó la valla el 3 de diciembre de 2006, aprovechando un gran aguacero que mantuvo a los soldados marroquíes dentro de sus garitas de guardia. Parece que aquel día lo intentaron cinco y pasaron dos. A. se rompió la muñeca y el tobillo y se hizo un enorme corte en la barriga. El salto de A. desmiente dos cosas a la vez: que la valla sea inexpugnable y que, como dijo la propaganda del Gobierno en su momento, la valla esté pensada para que los inmigrantes que la desafíen no se hagan daño.

Leer más

No hay comentarios: