lunes, 21 de mayo de 2007

Científicos prevén extinciones con efecto dominó

El cambio climático está acelerando la extinción en cascada de especies, temen algunos expertos, que urgen a adoptar medidas.

Insectos, aves y otros animales, e incluso algunos vegetales van cambiando de territorios intentando escapar de nuevas condiciones climáticas locales, cada vez más inhóspitas.


Para algunas especies, como los osos polares o las que habitan zonas alpinas, no hay adónde ir. Y muchas otras, como las plantas, carecen de movilidad para hacer frente al cambiante clima.


"Ya estamos viendo especies que se trasladan, pero no lo hacen lo suficientemente rápido como para evitar su potencial extinción", dijo Jeremy Kerr, ecologista de la Universidad de Ottawa.


"Los pronósticos, realmente terribles, de una extinción rápida y masiva parecen ser verdaderos, según las primeras evidencias", dijo Kerr a IPS.


Una de esas predicciones surgió el año pasado con la Evaluación de Ecosistemas del Milenio, un esfuerzo internacional de investigación que insumió cuatro años. Éste advirtió que hasta 30 por ciento de todas las especies sobre la Tierra podrían desaparecer para el año 2050 debido a actividades humanas insustentables.


Para 2100, el planeta será completamente diferente si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando al ritmo actual. Casi 40 por ciento de la superficie continental puede experimentar climas nuevos, sobre todo en los trópicos y en latitudes cercanas, mientras las temperaturas más elevadas se esparcirán hacia los polos, señaló un nuevo estudio aparecido este mes en la publicación estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.


"Vamos a ver climas que están completamente fuera del espectro de la experiencia humana moderna", afirmó Stephen Jackson, de la estadounidense Universidad de Wyoming, en una declaración escrita.


Los científicos calculan que hay entre tres y 30 millones de especies de plantas, animales, hongos y bacterias, entre otros, pero hasta ahora solamente fueron identificados 1,4 millones.


La importancia de las especies no es bien comprendida por el público en general, ni por empresarios o políticos. Pero es precisamente la diversidad biológica --la suma de todas las especies vivientes-- la que nos proporciona aire para respirar, agua para beber y alimentos para comer.


Los escolares aprenden que los árboles y las plantas producen oxígeno y absorben agua limpia y dióxido de carbono, el principal gas invernadero. Sin embargo, lo que no se comprende bien, incluso por parte de los científicos, es cómo los insectos, bacterias, pájaros y otros animales interactúan con árboles y plantas para producir esos servicios ecológicos de los que tanto dependemos.


La pérdida de unas pocas especies en un bosque o en los océanos podría no resultar en ningún cambio inmediato obvio, pero los científicos están comenzando a conectar los puntos.


Un ejemplo de una cascada de impactos fue documentado hace por científicos oceanógrafos canadienses y estadounidenses, cuando descubrieron que una drástica reducción de las poblaciones de tiburones a lo largo de la costa este de Estados Unidos tuvo como resultado un auge de las rayas, que a su vez diezmaron a los mariscos, de los cuales se alimentan.


Esa pérdida de mariscos redujo la calidad del agua y las capas de vegetación marina.


La cascada no se detiene allí, pero sí el punto hasta dónde pudo rastrearla la ciencia.


Michael Totten, director de la organización Conservación Internacional, ofreció otro ejemplo.


Los bosques de manglares costeros brindan a las comunidades locales 90 por ciento de la protección contra las tormentas, muestran los estudios. Igualmente importante es el hecho de que los manglares son semilleros de muchas especies de peces y juegan un rol clave en el mantenimiento de las pesquerías oceánicas, dijo Totten en una entrevista.

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